Morro de Sao Paulo

Día 6

Después de saborear ese tremendo amanecer, seguimos la fiesta bailando en la orilla con un grupo de chicas estudiantes de español, nosotras le enseñábamos nuestro idioma y ellas nos enseñaban a bailar samba.

Echamos algún sueñecito debajo de la sombrilla y seguimos de playa en playa.

Fuimos a comer a la tercera praia otra vez langosta y camarones, había que aprovechar que luego en España no los podía catar todos los días!!!

Y aprovechando la bajada de marea, nos paseamos por la cuarta playa para ver las piscinas naturales.

Nada mejor para acabar el día que una buena sesión de hamaking en la red de nuestra pousada antes de pasar nuestra última noche en Morro.

La fiesta de esa noche era en una discoteca en la segunda praia, en el restaurante donde nos comimos aquellas langostas tan buenas la noche anterior. La música estaba bien, samba y bastante housete, y si querías algo más tranquilo te bajabas a la playa y allí el ambiente era más relajado y tenías de todo en los puestecitos de frutas.

Me encontré a un pajaruelo que me decía con toda su agustera que el no necesitaba viajar físicamente porque él viajaba con la mente, que quería ir a algún sitio pues él viajaba con la mente que le salía mucho más barato y viajaba igual, en fin un personaje típico de las 5 de la mañana....

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