Egipto. Edfú, Crucero

Día 6

Hoy por fin nos dejaron dormir, nos levantamos un poco más tarde, desayunamos y nos llevaron al Templo de Edfú, dedicado al dios halcón Horus.

Era el templo mejor conservado de Egipto y el más importante después del de Karnak. Medía 137 metros de longitud por 79 de ancho y 36 de altura, y representaba la típica construcción de los templos con el pilono, el patio, 2 salas hipóstilas, una cámara de ofrendas, la sala central y el santuario. Era característica la iluminación del templo, con habitaciones cada vez más pequeñas que impedían el paso de la luz gradualmente hasta llegar al oscuro santuario, que recibía la iluminación sólo desde el eje. Entre las columnas y en el techo existían pequeñas aberturas que permitían el paso de la luz a determinadas habitaciones. Estaba orientado al sur, de forma inusual, posiblemente debido a la propia naturaleza de la zona.

Fue capital del nomo II del Alto Egipto y era ya importante en el Imperio Antiguo. Era origen de las caravanas que partían hacia el oasis de Jarga, al oeste y a las minas del desierto oriental y a la costa del mar Rojo, al este. Los descubrimientos más antiguos son de la dinastía III pero el lugar debía estar habitado con anterioridad.

De nuevo vuelta al barco rumbo Kom Ombo otra vez, donde no íbamos a llegar hasta la media tarde, así que de mientras amenizábamos la espera dándonos unos bañitos en la piscina, y contemplando la vida cotidiana de los egipcios en el Nilo.

Una cosa que que nos llamó la atención fue la manera de ganarse la vida que tienen los niños, mientras estábamos en la motonave parados, nos tiraban desde la orilla tubos de esos de carretes de fotos llenos de arena ( para que no se volaran en su lanzamiento ) para que nosotros les echáramos dinerillo dentro y se los volviéramos a lanzar.

Llegamos a Kom Ombo y nos bajamos para comprar más cositas, ya que aquí los precios estaban bastante bien, había mucha variedad, y los comerciantes no eran como en Esna, eran pesaíllos pero se aguantaban, jejeje!!!

Íbamos con el tiempo justo, corrimos al barco para ir a cenar para que no se nos pasara la hora y volvimos de nuevo a los puestos pero ya estaban cerrados, así que nos fuimos a un Coffe Shop ( nada que ver con los de Amsterdam ) a fumarnos unas shishas,

y a pegar unos bailes con un grupo que había allí en directo, fue una velada muy agradable, la única pega que me comieron los pies los mosquitos...

Y otra vez al barco, empezábamos a estar hartas de tanto barco y de que no nos dejaran apenas tiempo para estar a nuestro aire....




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