Morro de Sao Paulo

Día 5

Morro de Sao Paulo es conocido por mantener su belleza natural, se divide principalmente en cuatro playas: primera, segunda, tercera y cuarta playa, y lo llaman la Ibiza brasileira. Con la peculiaridad de que no hay ni un sólo vehículo a motor en toda la isla.



La Primera Praia es el punto preferido para los surfers, por tener las mejores olas, principalmente en los meses de invierno. También hay una tirolina que va desde el faro hasta la Segunda Praia por 15R$.

Casi todas las barracas de esta playa pertenecen a nativos , son simples y se pueden saborear platos típicos como Sarapatel, Caldo de Sururu, Mocoto, Fatada.

La Segunda Praia tal vez sea la playa más conocida de la isla.

Famosa principalmente entre los más jóvenes , con fiestas que siguen invariablemente hasta el amanecer.
Es también donde se acontecen las rondas de Capoeira al final de la tarde, volleyball, futvolley, soccer y frescobol.

Doblando la esquina de la Isla de los Recuerdos, "Ilha da Saudade" se llega a la Tercera Praia.

Esta es famosa por la Isla Caita, un islote rodeado por una gran barrera de corales y con un solo coqueiro en el centro.

La Cuarta Praia a simple vista parece no tener fin. Una gran barrera de corales forman numerosas piscinas naturales, ideal para bucear y ver pececillos de colores.

Pasamos toda la mañana de praia en praia a cual más bonita, y para comer le preguntamos a un nativo donde podíamos ir. Nos llevó a un restaurante, por llamarle de alguna manera, donde estaban en obras y no dejaban de caernos trozos de pared encima pero donde comimos suuuuuuper bien y a unos precios realmente buenos.

Por la tarde fuimos a la playa de Gamboa a apenas 1 km de Morro. Conocida por tener arcilla rosa medicinal en sus playas, y allí que íbamos a rebozarnos en sus arenas.

Salimos bien entrada la tarde y a medio camino empezó a oscurecer, que bonito atardecer teníamos ante nosotros.

Muy bonito si, pero cuando llegamos era ya de noche, aunque eso no impidió que nos diéramos el merecido baño en arcillas medicinales. La verdad que la piel se quedó muuuuy suavita, y lo pasamos muy bien!

De vuelta no contábamos con que la marea había subido, y por donde habíamos venido no podíamos volver, así que tuvimos que tirar por el interior de la isla que era todo vegetación espesa alumbrándonos con los móviles y los mecheros.
Con las chancletas por el bosque y de noche sin ver ná más de uno se entalegó, vaya risas buenas que nos pegamos, jejeje!!!

Por la noche fuimos a cenar un sitio super bonito encima de la playa con música en directo y unos puffs comodísimos, y aquí la langosta si que estaba buena!!!

Después del atracón y de unas piñas coladas sentadas en la zona chill del restaurante,

y bajamos a la playa donde habían puesto un montón de puestos con frutas naturales, batidoras y alcohol, tu escogías lo que querías y al momento el colegón te lo hacía por el módico precio de 2R$, y entre samba por aquí y zumito tropical aliñado por allá pillamos una gran yusca!

Queríamos ver el amanecer así que había que aguantar hasta la mañana, y a ritmo de regaee en un local super enrrollao entre la primera y la segunda praia llegó el momento de flipar .....oooooooooooohhhhhhhhh que bonitoooooooooo!!!!!!!

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