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domingo, 15 de abril de 2007

De ruta por las calas de Menorca

Día 2

Hoy tocaba ruta por la zona sur de la isla, así que nos montamos en nuestro corsita alquilado y a hacer kilómetros.

No llevábamos ruta fija así que cuando veíamos alguna calita guapa o algún pueblo que nos pareciera especial, nos parábamos e investigábamos la zona.

Las calas que nos encontrábamos eran guapísimas, y nos jodía un montón que hiciera frío y no nos pudiéramos bañar.

Llegamos a Binibeca, un pueblo con mucho encanto y muuuuy tranquilo.

En la urbanización del mismo nombre se encontraba el poblado de pescadores de Binibeca Vell , un pintoresco experimento arquitectónico que imitaba a la perfección las antiguas construcciones menorquinas.

Daba gusto pasear por aquel pueblo, con esas casas tan bonitas todas pintadas de blanco y esa paz que se respiraba....


Después de comer en un restaurante de la zona, nos dirigimos a Cales Coves.

Se podía considerar virgen, según se mirara, si bien había una casita “Solita” y alguna que otra construcción un poco más arriba además de una caseta para barcas de pesca junto a una de las playas que no era gran cosa ya que era de piedra, y a un par de Km. había una urbanización, que se había ido acercando cada vez más.

Como la gran mayoría de las calas en el final de un barranco que conducía hasta la propia cala, valía la pena acercarse al lugar para ver la ladera de los acantilados llena de cuevas y saber que antaño fue una necrópolis prehistórica, además el paisaje era bellísimo y el color del mar único.

Cales Coves, era uno de los sitios más controvertidos de la isla, las playitas no tenían gran valor comercial ya que no eran de arena, pero su mayor valor, las cuevas prehistóricas, habían sido el gran atractivo y el motivo de la discordia.

Pudimos observar lo bien equipadas que estaban algunas.

La ocupación de las cuevas por grupos de jóvenes procedentes de distintos puntos de España y de Europa a partir de los años sesenta, levantó ampollas en algunos sectores de la sociedad menorquina, con el argumento de que eran necrópolis prehistóricas y por tanto de gran valor cultural y científico o porque algunos de los que vivían, lo hacían de forma un tanto salvaje y ensuciaban y no permitían la visita a un patrimonio histórico público que estaba siendo degradado hacía mucho tiempo con esta "ocupación", la polémica fue aumentando y fue haciendo más famosa a la cala con el paso de los años.

Hicimos una visita al poblado prehistórico de Torralba d'En Salort, con su gran Taula en un entorno de piedras trabajadas y un bien conservado Talaiot, configuraban uno de los poblados talayóticos mejor conservados de la isla..

Fuimos a ver que pinta tenía l'Illa des Porros.


El sol se iba a poner en breve y nada mejor para ver el atardecer que en un faro en lo alto de una cala.

Por la noche nos montábamos nuestra fiesta en el apartamento, y nos echábamos una buenas risas.
Y acabábamos en las pocas discotecas que la isla ofrecía...




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