Narra la historia que Apolo (dios griego de la poesía, la belleza, el arte, la música y la adivinación) envidioso de Cupido quiso competir con éste en el arte de lanzar fechas. Cupido, enfurecido y lleno de cólera por el comportamiento de Apolo, tramó un plan para vengarse de él. El plan consistía en lo siguiente: lanzaría a Apolo una flecha de oro, que causa un enamoramiento inmediato a quien hiere, y otra fecha de plomo, que causa rechazo y repulsión, a la bella ninfa Dafne.
Decidido, Cupido ejecutó el maléfico plan hiriendo a ambos con sus flechas. Apolo, tras ser herido por la fecha de amor, vio a Dafne y sintiéndose locamente enamorado salió en persecución de la ninfa. Por el contrario Dafne, que estaba herida con la flecha del rechazo, salió huyendo del dios. Cuando ya las fuerzas se le agotaban a la joven ninfa de tanto huir suplicó ayuda a su madre, la cual decidió transformar a su bella hija en un laurel.
Cuando Apolo alcanzó a su amada Dafne ya se encontraba en pleno proceso de transformación. Le salieron hojas, corteza y raíces hasta que no quedó nada de su figura original. Fue entonces cuando Apolo abrazó fuertemente el árbol y lloró amargamente mientras decía: “Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria.”
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