Mirando por Internet acerca de lo que podíamos visitar más o menos cerca de donde estábamos viviendo ( Salamanca ) encontramos el Castillo del Buen Amor.
Nos costó bastante llegar, porque la carretera que lleva hasta él, en medio de una finca perdida en la nada, no está nada bien señalizada.
Aquí no habían ni ascensores ni Spas, aquí para subir a las habitaciones tenías que hacerlo como en la época, así que más valía no llevar demasiado equipaje...
Tras dejar los bártulos en la habitación y dar un pequeño volteo por el castillo fuimos al restaurante para cenar.
Nos contaban los camareros que en este restaurante era el lugar donde antiguamente daban de comer a los caballos.
un rissotto de setas variadas y trufa,
un huevo poché con foie, trufa y costrones de bacon,
cerdo crujiente con verduras,
y el mejor solomillo con foie que me he comido nunca.
Tras la copiosa cena, un paseíto por el castillo para bajarla.
Y con nuestras pedazo de llaves medievales para la habitación que nos fuimos.
La habitación comodísima, aunque claro no dejaba de ser un castillo remodelado así que como esa noche hacía muchísimo viento, me costó bastante dormir con el silbido continuo de la ventana, pero a pesar de eso la cama era de las más cómodas en las que he dormido.
Castillo de Buen Amor II
2 comentarios:
Qué pinta más buena tiene todo.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Por cierto ¿dónde está el castillo?
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