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lunes, 11 de julio de 2016

De mochilera solitaria por los Balcanes. Rastoke, la zona más verde deCroacia

Septiembre 2015


Hacía poco más de dos meses que había vuelto de Tailandia y volvía a tener vacaciones, yeeeaaahhhh!

En esta ocasión tenía pocos días y no merecía la pena hacer un viaje tan largo como el anterior, aunque no era por ganas porque el sudeste asiático me había encantado!

Tenía que elegir un destino para los 12 días que tenía de vacaciones, pero se iba acercando la fecha y no me decidía por ninguno.

Mis prioridades eran: que fuera desconocido para mi, que tuviera playa entre otras cosas, que fuese barato y sobretodo que fuera fácil y seguro moverse por él para una mujer viajera solitaria como yo.

Con estos requisitos lo primero era mirar vuelos y alojamientos para comparar precios entre destinos, porque a veces encuentras vuelos tirados de precios a lugares en los que luego te dejas un riñón en comidas o alojamientos, y en especial Europa que por lo general no es que sea muy barata que digamos.

Puse las fechas exactas de mis vacaciones en el skyscanner y marqué la opción de "a cualquier lugar" a ver que aparecía, y el primer puesto de los sitios más baratos para irme justo los días que quería era Croacia, así que ya tenía destino!

De primeras la verdad no es que me llamara mucho la atención irme sola a un país en el que hacía relativamente pocos años habían estado en guerra, pero luego vi que tenia sitios interesantes con historia, buenas playas y buena gastronomía y precios, así que me convenció rápido.

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Croacia declaró su independencia en junio de 1991, pero esta declaración no tuvo efecto sino hasta el 8 de octubre del mismo año.

Los problemas étnicos y políticos desembocaron en la Guerra Croata de Independencia, donde el Ejército Popular Yugoslavo y varios grupos paramilitares serbios atacaron la nación.
Para finales de 1991, una guerra intensa redujo el control croata a menos de una tercera parte de su territorio.
El 15 de enero de 1992 Croacia obtuvo el reconocimiento diplomático de la Comunidad Económica Europea, y poco después de la ONU.
La guerra terminó de forma definitiva en agosto de 1995 con una victoria decisiva para Croacia. El resto de las regiones ocupadas regresaron a su dominio conforme a lo establecido en el Convenio de Erdut de noviembre de 1995, aunque el proceso no finalizó hasta enero de 1998.



Pues allí que me iba, a la antigua Yugoslavia!!!

Compré los billetes unos 10 días antes así que no tenía mucho tiempo para preparar la ruta. Después de seguir consejos y buscar en Internet, empecé a armar el itinerario, que en este caso se trataba de recorrerme el país de norte a sur.


Día 1: Zagreb - Rastoke - Slunj.
Día 2: Lagos de Plitvice.
Día 3: Slunj - Zadar
Día 4: Zadar - Sibenik - PN Krka
Día 5: Sibenik - Trogir - Split
Día 6: Split - Brac
Día 7: Brac - Hvar 
Día 8: Hvar - Korcula
Día 9: Korcula - Dubrovnik
Día 10: Dubrovnik - Elaphiti Islands
Día 11: Dubrovnik - Mostar ( Bosnia Herzegovina )
Día 12: Dubrovnik - Barcelona


En cuanto al alojamiento, en Croacia se estilan los Sobes o Zimmer, que no son más que habitaciones en las casas de los propietarios. Una forma muy peculiar de alojarse y que da la oportunidad de acercarse un poquito más a su gente y sus costumbres.

Para este viaje como no tenía tantos días para ir a la aventura y estar perdiendo tiempo buscando habitaciones in situ, decidí reservarlas con antelación.

Para moverse por el país lo mejor era alquilarse un coche, pero viajando sola era obvio que no merecía la pena económicamente así que me preparé un calendario con todos los horarios de autobuses de todas las ciudades que iba a visitar. 
Resultó ser una muy buena idea ya que me permitió ir a las paradas a la hora exacta que salía el bus y tener los precios de los billetes calculados, vamos como si hubiera nacido allí !
Tenéis todos los autobuses con horarios y precios aquí.




Día 1

A media mañana aterricé en Zagreb,


y tras cambiar las primeras kunas en el aeropuerto cogí el bus hacia la Estación Principal de Autobuses, trayecto que me costó 40kn, poco más de 5€ ( nada barato de momento ).


Podría haberme dado una vueltecilla por la capital pero la verdad no me apetecía mucho después de haber visto las poquitas cosas de interés que tenía ( bajo mi punto de vista claro ). Así que hice tiempo mientras llegaba el autobús que me llevaría a mi primer destino: Slunj.
El precio del billete fue de 79kn ( 10€ ).

La zona de Slunj era conocida por el encanto de sus molinos y sus fascinantes cascadas.

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En dos horas de camino el paisaje había cambiado notablemente, de los edificios feos y de tonos marrones de Zagreb había pasado al verdor de la zona de los lagos.

Mapa en mano y sin tener que andar mucho llegué desde la parada de autobús a la localidad de Slunj donde había reservado habitación para las dos primeras noches en los apartamentos Marijana Obrovac.




El pueblo que encontré era mucho más bonito de lo que me imaginaba, la verdad no esperaba encontrarme con tanto verde ni con un huerto ecológico en mi mismo alojamiento.








La casa se dividía en dos mitades separando a los propietarios de los huéspedes, los cuales nos alojábamos en la parte de la izquierda.


Los dueños eran una pareja adorable de mediana edad que no hablaban nada de inglés, pero que se esforzaron en entenderme y hacerme sentir como en casa.

Fue el alojamiento más caro que pagué en toda Croacia, 50€ por dos noches en habitación privada con baño compartido, pero también fue el más limpio de todos de los que encontré en mi viaje. 

La habitación estaba fenomenal, impecable y perfumada, y además contaba con una mini nevera, utensilios y café para desayunar.

Por si fuera poco al asomarme a la ventana tenía esta vista fantástica del jardín con la pérgola , donde los momentos con el mapa y el café sabían a gloria.


Una vez instalada y a poco más de 1 km me fui a ver el primer punto de interés del viaje, el centro histórico de Rastoke, conocido por sus antiguos molinos y por las pintorescas cascadas que va formando a su paso el río Slunjčica.


A la zona de Rastoke se la conoce también como la de "Los pequeños lagos de Plitvice" por su cercanía al Parque Nacional de Plitvice.

Es un pueblo precioso lleno de vegetación y de cascadas, como sacado de un cuento.


Para visitar el interior de este fascinante lugar y bajar a las cascadas se ha de pagar 25kn = 3'3€, la verdad que debería de ser gratis visitar un pueblo pero bueno todo sea como dicen para preservar el entorno.

Una vez pagas la entrada te dan un mapa con los puntos de interés. El sitio no es muy grande y puede recorrerse en apenas una hora.



Remontándonos un poco a la historia del lugar, se podría decir que el primer documento en el que se mencionó la ciudad de Slunj, fue escrito por el famoso cronista Barón Janez Vajkard Valvasor, que la describió en 1689 como un lugar fascinante y lleno de encanto.









Las cascadas del Slunjčica, junto con los lagos de Plitvice, han sido grandes desconocidos desde hace mucho tiempo debido a su posición más bien aislada.


A pesar de las sorprendentes bellezas naturales de esta zona, Rastoke es particularmente interesante por sus características de civilización y tradicionales.
En los molinos de Rastoke, se puede observar una simbiosis entre las fantásticas creaciones de la naturaleza y los logros tecnológicos humanos que se remontan varios siglos.



En la Edad Media, la región de alrededor de Slunj era conocida como la tierra de nadie, por ser una región incierta en la frontera entre Europa y el Imperio Otomano.






Más tarde Slunj se convirtió en un bastión importante de la frontera militar.

La familia noble de Frankopan construyó una pequeña fortificación, convirtiéndose en un seguro refugio, alrededor de la cual evolucionó la ciudad de Slunj.
La fortaleza fue destruida en 1578, y reconstruida tiempo después.

Slunj creció con rapidez durante el corto período del reinado francés desde 1809 hasta 1813, cuando se construyeron las calles municipales, almacenes, fábricas, y cuando se plantaron nuevos viñedos y árboles de morera. 
Durante este tiempo, el croata se convirtió en el idioma oficial de la provincia. 




Durante el siglo XIX y al principio del siglo XX a Rastoke se la conocía como el centro de la vida social en esta región. 
Con la invención de los molinos eléctricos y la emigración masiva después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la importancia económica de los molinos de Rastoke se redujo drásticamente. 
Finalmente en 1969, Rastoke se convirtió en monumento nacional.


Durante la Guerra de Croacia desde 1991 hasta 1995 muchas casas centenarias fueron parcialmente destruidas. 
En particular, el golpe al puente por parte de las tropas paramilitares serbias antes de huir de la ciudad en agosto de 1995 causó graves daños en los tejados de las casas tradicionales y muchos de ellos se quemaron.

Por suerte la mayor de las detonaciones sólo causó un daño muy limitado al puente de la carretera y pudo ser reabierto al tráfico sólo varios meses después. 
Mucho mayor e irreversible fue el daño causado a la gran cascada, donde milicias serbias locales la dañaron gravemente lanzando explosivos en ella durante el tiempo de ocupación. 




Parte del patrimonio natural fue por lo tanto irreversiblemente destruido. 
Después del final de la guerra, las casas en esta parte histórica de Slunj se reconstruyeron de modo que hoy en día ya no se aprecia ningún daño.


Geográficamente hablando, en la región de Lika, en el macizo de la cordillera de Mala Kapela y justo debajo de la parte superior de Veliki Javornik, se encuentra el nacimiento del río Jesenica
Después de sólo seis kilómetros este río desaparece bajo la superficie de la tierra en Lička Jasenica y continúa en una vía subterránea de unos 20 kilómetros, como muchos otros ríos en esta región kárstica de Croacia. El río vuelve a emerger 6,5 kilómetros al sur de Slunj como río Slunjčica.

La parte inferior de Rastoke consta de 23 cascadas, que caen alrededor de 10 a 20 metros de profundidad en el Korana. La barrera en su conjunto se compone de varias pequeñas cascadas, rápidos y cuencas. Las cascadas más famosas son la Buk, y laVilina kosa.


La temperatura del agua del Slunjčica es siempre menor que la del agua del río Korana, varía desde 6,5 hasta 7°C durante el invierno y el máximo de 16°C durante el verano. En verano, la temperatura máxima del río Korana es de unos 28°C.

En las inmediaciones de Rastoke en el río Korana hay una zona para bañarse.

El desarrollo de Rastoke como atracción turística sirve como un proyecto piloto para el desarrollo económico de la ciudad de Slunj y la región circundante de Kordun. Como un lugar de importancia ecológica y autóctona etnográfica, Rastoke tiene el potencial de convertirse en un centro turístico en el interior caracterizado por su arquitectura tradicional, sus placeres gastronómicos y sus costumbres culturales locales específicas. 

Debido a su ubicación geográfica favorable, Rastoke vuelve a convertirse en un punto importante en el camino hacia o desde el mar Adriático. 

La región ofrece muchas actividades para la recreación, como la natación, piragüismo, rafting, pesca, caza, ciclismo de montaña, senderismo, montar a caballo, o incluso la visita de las cuevas (por ejemplo las cuevas de piedra caliza subterráneas de Barać en el cercano pueblo de Rakovica). 


Los restaurantes en Rastoke ofrecen truchas autóctonas pescadas en el Slunjčica, así como platos locales como el cerdo asado (odojak) o cordero (janjetina). 


El lugar me había dejado encantada, pero también echa polvo. Entre el viaje y el subir y bajar rocas estaba reventada y ya se había hecho de noche, así que me fui a buscar la cena.

Los restaurantes de la zona, bien escasos por cierto, no eran muy baratos que digamos, así que decidí volver a Slunj a ver si por allí encontraba algo más asequible.

Me comí una hamburguesa, bastante grasienta por cierto, mientras analizaba con curiosidad las máquinas expendedoras de leche que me iba encontrando por el camino.


El primer contacto con el país, sorprendentemente para mi había sido plenamente satisfactorio. 
Para el día siguiente me esperaba la visita a los Lagos de Plitvice, por lo que sí Rastoke me había encantado mañana iba a flipar más!



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