Día 3
Para nuestra última jornada en Bélgica, decidimos conocer más la capital, Bruselas.
Empezamos a caminar desde nuestro hotel y llegamos a la Plaza Real. Hay bastantes museos por la zona para quien le guste este tipo de turismo, yo la verdad a no ser que sea de algún tema de bastante interés para mi, no suelo pisarlos...
La plaza es bastante grande y muy bien cuidada.
Llegamos a las famosas Galerías Reales de Saint Hubert, construidas en 1847 por Cluyseaner, y dedicadas en su época a los más adinerados de Bruselas.Con más de 200 metros de longitud, y con su techo acristalado la convierten hoy en día en uno de los centros más exquisitos para hacer compras por la capital.
Se pueden encontrar tiendas de todo tipo, desde dulces y chocolates belgas, a libros, diversos restaurantes...
Continuamos el paseo y llegamos a la Grand Place, la plaza central de Bruselas.
Conocida por su riqueza ornamental está considerada una de las plazas más bonitas del mundo, en 1998 fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad.
Hoy en día se utiliza para varias festividades en señal de alegría y celebración, como cuando cada año par en agosto ponen la bonita alfombra de flores de 25 x 75 metros que cubre toda la plaza con más de 500.000 begonias, pero antiguamente fue escenario de decapitaciones, cremaciones, e incluso bombardeos, en los que sólo algunos edificios sobrevivieron.
La plaza realmente es imponente entre la amplitud que tiene y esos edificios tan doradamente decorados, parece que en breve vaya a salir un marqués de la época con la peluca blanca y el lunar pintado.
Hoy en día lo que hay es el Ayuntamiento ( que es el único que sobrevivió a los bombardeos), casas de ricos empresarios, cervecerías, el museo de la cerveza, el museo de la ciudad de Bruselas...
Según el mapa andábamos cerca del del conocido Manneken Pis ( traducido literalmente como el niño que mea ), pero no lo encontrábamos, y cuando por fin dí con él, ahí estaba vestido con frac encima de una fuente, qué pequeño!!
Mide 61 centímetros, y está hecho de bronce, y simboliza el espíritu independiente de sus habitantes.
La versión original se construyó en 1388 y era de piedra, pero fue robada varias veces, luego la sustituyeron por una de bronce en 1619, y la última versión que tenemos data de 1960, tras haberla robado unos vándalos.
Después me encontré con otra estatua, más grande...,era la estatua de Charles Buls, un político y alcalde belga del siglo XIX.
Luego con el simpático pitufo sobre la seta, justo al lado de la tienda Oficial de los Pitufos.
Me seguía cruzando con objetos como tentadoras patatas gigantes,
y llamativos carteles de gofres.
Según el mapa teníamos cerca la Jeanneke Pis ( la niña que mea ), la hermana del Manneken Pis, fue construida bastante más tarde que el anterior, en 1985, de 50 cm de altura y hecha de piedra caliza.
Decidimos darnos una vueltecilla por dentro, que era gratis.
Cuando salimos se había hecho la hora de comer y nos acercamos a la zona de restaurantes por la Rue des Bouchers.
Tras dar una vueltecilla y comparar precios no metimos en el que mejor nos pareció.
Allí me comí un rico pero escaso salmón ahumado con tostadas y ensalada,
Y otra vez mejillones con patatas fritas, extraña combinación que al final me pareció hasta rica!
Teníamos sólo unas horas hasta coger el vuelo de regreso, así que emprendimos en camino de vuelta hacia la estación de autobuses.
La última parada fue en el Monumento a la Infantería Belga.
Y al llegar a la estación, allí nos despedimos de Bruselas con otro comic en una de sus fachadas.
Había estado un fin de semana genial y nos quedábamos con un buen recuerdo de este país maravilloso que es Bruselas.
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1 comentarios:
Me gusta mucho Bruselas, no sé por qué no tiene buena fama, nada más que la Grand Place merece una visita, pero son muchos más los atractivos. Qué ricos los mejillones y las patatas fritas, je je. Un saludito.
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