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domingo, 26 de julio de 2009

Grand Palladium Kantenah

Día 2

No eran ni las 7 de la mañana cuando ya estábamos despiertos y ansiosos de ver todo lo que nos rodeaba.

El complejo tenía unos 75000 m2, y había de todo. Desde un lago el cual podías recorrer en barquita, pagando claro,


hasta un montón de estanques donde había gran variedad de peces...

La piscina, a esa hora vacía, era impresionante, las hamacas que tenía dentro tenían pinta de estar muy bien, pero luego las probamos y la sensación no era tan buena porque te escurrías por todos los lados.




La playa era lo mejor, por supuesto, había un capitolio para las bodas justo enfrente del mar, y no podía dejar de sentir envidia sana por los que allí se casaban, ya que yo siempre he dicho que si algún día me caso será en el Caribe.

En la playa no había problema de hamacas, que las había a montones, en lo que si que había problema era en encontrar una sombra libre a media mañana, porque la gente tal y como se levantaba ponía la toalla y las ocupaban todas.

A media mañana ya llevábamos no se cuantos tequilas, piñas coladas y otros tipos de cócteles, y llevábamos una yusca....

Como no podían faltar, las iguanas estaban por todos lados, pero no se dejaban tocar ni acercarte demasiado..

Había un gran estanque con coloridos flamencos, y también  cocodrilos por el césped.




El día lo pasamos disfrutando de todos los bares y ubicando cada restaurante, porque los habían de todo tipo de especialidades, y no queríamos perdernos ninguno.

En uno de ellos vimos que esa noche hacían la cena del marisco, y allá que fuimos,

y puedo decir que nos comimos la mejor caldereta de langosta de la historia, y lo mejor del plato no era la langosta sino el caldito que estaba de muerte.

Después de cenar nos acercamos a la discoteca del hotel, pero no estuvimos ni media hora porque se les había estropeado el aire acondicionado y no había cojones a estar allí a 40 grados chorreando de sudor.

Así que cogimos unos cuantos cócteles y nos fuimos a la habitación a tomárnoslos, esto se convirtió en un ritual todas las noches antes de irnos a dormir...



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