Como ya he dicho llegué aquí en el mes de Julio, desde España en esos momentos no habían vuelos directos ( ahora sí que los hay desde Gerona a Lárnaca con Ryanair ), así que tuve que hacer escala en Praga y esperar 6 horas hasta la salida del vuelo a Lárnaca.
Cuando llegué eran las 3 de la mañana y el calor era insoportaaaaaaaaaable!! no me quería imaginar como sería a las 12 del mediodía!!
Lo primero que noté diferente de España fue la manera de conducir, como Chipre fue colonia inglesa aquí conducían al revés que nosotros, osea con el volante en la derecha y por el carril de la izquierda, algo difícil hasta que le coges el tranquillo...
Las carreteras están correctamente señalizadas, así que los primeros días aunque no conocíamos la isla muy bien, no se nos hizo difícil circular por ella para trayectos como la playa, algo que teniamos un pelín lejos de casa, un pelín digo porque al ser una isla nada está lejos, la más cercana la teníamos a 30min en coche, aunque no era de las más bonitas.
La casa en la que estuve estos diez meses se encontraba en el barrio de Lakatameia, en Nicosia.
Una casa amplia de dos habitaciones y dos baños y con unos atardeceres fantásticos.
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