
Día 6
La noche anterior me había quedado profundamente dormida con la agustera del traqueteo del tren y con la ventana bajada para que me diera el aire, porque aunque habían ventiladores, una vez que echabas la cortina de tu compartimento obviamente el aire ya no te daba y el calor era insoportable.
Había dormido genial, pero al abrir el ojo y contemplar mi cuerpo en la...