Última día en Natal

Día 8

Último día en Natal, ooooooohhh...

Tras el desayuno fuimos a recepción a preguntar la hora de recogida y nos dicen que a las 15h., así que como no tenemos mucho tiempo decidimos quedarnos en el hotel con unas caipis y a la bartola hasta la hora prevista.

Comprobamos una vez más que la limpieza en aquel hotel brillaba por su ausencia, y en el bungalow de al lado vimos un habitante sin vida en el interior del jacuzzi, menos mal que no era el nuestro...

El día estaba bastante nublado lo que hizo que nos sobáramos en las hamacas de la piscina, la noche anterior habíamos pillado la gran taja y esa mañana nos habíamos levantado muy temprano.

Mi amiga empieza a recoger sus cosas y a meterlas en su maleta, y yo con la preocupación de cuando volvería a ver la mía, " la veré en Portugal? la veré en España? no la veré nunca más???". En cinco minutos yo ya tenía todas mis cosas metidas en mi mochila, y a las 12 abandonábamos en bungalow para dejar la bolsas en recepción.

Después de comer nos dejaron una habitación para ducharnos, yo creo que nos dieron la peor habitación del hotel, la habitación era pequeñísima y dos personas a la vez no podían caminar por ella, el lavabo aparte de claustrofóbico no tenía luz y para colmo tampoco agua caliente, así que con la duchita de agua fría se nos quitó la tontería que llevábamos encima a causa de las caipis.

Faltaban pocos minutos para las 15h. y estámos fumándonos un cigarrito en recepción cuando de pronto me viene la recepcionista y me pregunta: "¿ Tu eres la que perdió una maleta, no?", y yo: " Si!!!!" y me responde: " Es que llegó ayer por la noche, es esta?", será cabrona la tía!!! bien me la podía haber dado ayer por la noche, o esta mañana haberme dicho que ya estaba aquí!!!, un poco más y la pierdo de nuevo...

Qué alegría me dió verla, la abrí y comprobé que no me faltaba nada, "por fin!!!!!!!!!!! " lo bueno era que tal y como estaba volvería toda la ropa limpita al armario otra vez...

A partir de aquí traslado al aeropuerto, intercambio de mails y teléfonos con nuestros amigos portugueses, facturación de maletas sin perderle la vista a la mía ni un momento, y asegurándome de que la chica de facturación lo hiciera todo bien.

El viaje fue más o menos bien, me costó un poco dormir, cosa que solucioné con unos cuantos vodkas, tenía que sacar provecho de la clase ejecutiva...jejeje!!

Una vez en Lisboa, aeropuerto al que ya le había cogido manía, tuvimos que esperar unas horas más para coger el vuelo a Barcelona.

Y sana y salva después de todos los contratiempos llegué a mi casa, no sin antes pegarme un pequeño sustito al enterarme que Barcelona había sufrido un gran apagón y que gran parte de la ciudad estaba sin luz, yo vivo en un piso muuuuy alto ya me veía subiendo la maleta andando por las escaleras... afortunadamente mi barrio no se vió afectado.



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