
Nos habían recomendado este pueblo, y aprovechando que estábamos por la zona, tras dejar la Abadía de los Templarios, fuimos a visitarlo.
Lo primero que llama la atención son sus calles y sus casas empedradas, que le dan un aire de pueblo típico de la Sierra de Francia.
Y lo segundo, a pesar de contar con pocos habitantes, hay tiendas de jamones por todas partes!!
Caminar...