Zanzíbar. Llegada al Sea Club Kiwengwa

Día 2

"Señores pasajeros, mientras sobrevolamos el vasto continente africano, la ausencia de nubulosidad hace posible que desde la parte derecha del avión puedan contemplar el majestuoso monte Kilimanjaro..."

Increíble....

Todavía no me había bajado del avión y ya estaba flipando....

El aeropuerto de Zanzíbar realmente llama mucho la atención, pero por su falta de infraestructuras, es el aeropuerto más triste que he conocido en toda mi vida.

 Aquí no existen las cintas transportadoras de equipaje. Sacan los AKES de maletas del avión, los llevan al interior del edificio y allí por una mini ventanita un tío las va sacando y lanzando hacía la mesa que hay enfrente y tú que estás detrás de esa mesa, junto con los 300 y pico de pasajeros que esperan su maleta igual que tú la tuya, te tienes que espabilar para cuando salga pillarla lo antes posible para que no lancen ninguna mas sobre ella y acabes con la maleta aplastada.

Cuando ya por fin tienes la maleta, sales del aeropuerto y allí te tienes que separar de ella, las maletas van en una especie de camión descapotable con un tío arriba que las va controlando, y tú vas en un bus más normalito ( normalito al estilo África, osea no te esperes un bus con asientos amplios y cómodos y con aire acondicionado ), y de allí para el hotel.

En mi caso era el Sea Club Kiwengwa, un hotel con régimen de Todo Incluido en la costa este, en primera línea de mar muy correcto y muy limpio, no comparable con los TI del caribe porque esto es África y aquí el nivel de vida y las costumbres son muy diferentes a las de los latinos, pero en general la relación calidad-precio fue muy satisfactoria.

Me hizo gracia la gente que se quejaba que si el hotel era una mierda y que si las habitaciones era feas y viejas, a ver si querían lujos que hubieran pagado más y se hubieran ido al Gemma del Est, que es el mejor hotel de la isla, y ubicado probablemente en unas de las mejores playas de Zanzibar como es Nungwi, pero si ibas con un presupuesto ajustadito como era mi caso, y como primer objetivo el compartir culturas y el mezclarte con el pueblo lo mejor era este hotel, ya que justo al lado tenías un poblado masai, y en la misma playa del hotel es donde se concentraban los Beach Boys, osea muchas cosas que aprender y mucha gente a la que conocer.

Al llegar al hotel nos dan la bienvenida un grupo de masais, con sus vestimentas tradicionales y su típica danza saltarina. Cuantas veces los había visto en los documentales de la 2, y ahora los tenía aquí delante dedicándome un baile y haciéndose fotos conmigo!!!!(una turistada lo reconozco, pero molaba) la sensación era indescriptible,

 y más cuando bajé a la playa, una vez ya instalada en mi pedazo de habitación doble de uso individual, y vi aquellas maravillosas aguas índicas, con los dhows ( embarcaciones de vela típicas pesqueras construidas con un sólo tronco) flotando en ellas.

La playa estaba atestada de ansiosos tanzanos a la caza de los turistas recién llegados, nos esperaban vendedores de excursiones, trenceras, tatuadoras, camellos, vendedores de marfil y ébano....
Mis últimos viajes habían sido al Caribe que por supuesto me había gustado muchísimo, pero el Océano Índico era.....muy diferente, más exótico y mucho menos explotado.

Las subidas y bajadas de la marea ( en el Caribe apenas existentes ) tenían una magia especial, y más esa semana que casualmente había luna llena, por tanto eran más acusadas. El hecho de que por la mañana tuvieras que caminar 10 minutos para tocar agua o incluso poder ir a la barrera de coral andando, y que al mediodía tuvieras que estar al loro de que no se te fuera ninguna de tus pertenencias con la marea tenía su gracia, pues era un espectáculo ver a los masais y a los policías vigilantes de la playa afanarse en recoger chancletas y bolsas de playa, y en quitar de en medio hamacas en peligro de ser arrastradas por el mar.
Las diferentes tonalidades de azules del mar eran de una intensidad tan abrumadora que me hicieron suponer que de este viaje sacaría las mejores fotos hasta el momento hechas en mis viajes, y no me equivoqué.

Era mi primer día en la isla de las especias y era el momento de organizar un poco la semana y de informarme de las posibles excursiones y actividades que podía hacer. Tenía dos opciones:

-Quedarme a la reunión del touroperador, osea pagar más $ por las excursiones e ir todos como borregos al son que ellos te impusieran.

- O hacerlas con los "Beach Boys", de los que había oído hablar bastante bien en más de un foro, y que con ellos las excursiones eran más baratas e iban más a tu ritmo, osea que si te querías parar en tal sitio o hacer algo en especial con decírselo al guía no había problema, HAKUNA MATATA, como ellos te decían.

Me pasé por la reunión para ver si decían algo interesante y como vi que era el mismo rollo de siempre me bajé a la playa a regatear a ver quién me dejaba las excursiones más baratas, aparte de buscar a más gente que quisiera hacerlas conmigo ya que cuanto más grande fuera el grupo más barato era.

Hice mis primeros contactos con Chiquito, Bingo, Karembé y Pocholo, unos tíos muy majos, con un español buenísimo y con un gran conocimiento de nuestra cultura y nuestras costumbres, incluso te soltaban a veces un "¿ Qué pasa neeeen ?" o un "¡ Más barato que en Andorra!" y claro la peña flipaba. Ya había oído hablar de ellos en los foros y me parecieron muy amables, así que con ellos reservé las excursiones.

Aquí tenéis los precios de todas las excursiones posibles, en el hotel y con los Beach Boys.

Como el vuelo llegó por la mañana, tuve todo el día para inspeccionar un poco la zona, visitar los poblados de al lado y para aprenderme donde estaba cada cosa en el hotel, porque luego por la noche con dos copas de más acabas en la habitación que no es, ji ji jiii ( que ya me pasó una noche... ).

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